Me dirigí ansiosamente hacia el Libro del Símbolo Extraño, lo tomé entre mis manos e inspiré fuertemente antes de abrirlo. Abrí la tapa para dar paso a la primera página. De repente, el libro cobró vida. Una bruma blanca envolvió materializando 2 pequeñas figuras que se encontraban de pie en el mismo.
- ¡Abuelos! - vociferé alegremente al verlos de nuevo después de tantos años.
Mi abuela me miró con dulzura y me dijo algo nerviosa:
- John no hay tiempo que perder, tus padres han sido secuestrados por seres malvados que intentan parar tus pasos, así que debes emprender un viaje repleto de peligros de forma inmediata, para así poder conseguir que todos volvamos de nuevo a estar juntos.
Recuerda, que en esta aventura deberás encontrar la vasija mágica que se encuentra en un tenebroso castillo existente en el interior de la Cueva Sagrada de Nazcar. ¡Búscala! - yo asentí con la cabeza dando las gracias a mi abuela.
Mi abuelo mientras, con una sonrisa en los labios, me guiñó un ojo, animándome a comenzar esta aventura que se abría paso en mi vida de manera tan imprevista como fugaz. Con suavidad, y sin parar de mirarlos repleto de amor hacia ellos, cerré el libro de nuevo. En ese mismo momento me encontraba totalmente decidido a salvar el mundo, y de paso conseguir traer de vuelta a mi familia.
Guardé bien el libro de nuevo en la maleta de mi moto, y me puse en camino hasta llegar a casa. Al entrar, encontré que todo estaba revuelto, como si alguien hubiera entrado a saquear las pertenencias de mi familia.
- Pero ¿qué había pasado? - me pregunté a mi mismo.
Muy preocupado visité cada habitación de la planta baja para ver si mis padres estaban allí, pero no los encontré, así que decidí subir a la planta de arriba. Una vez en la planta superior, pude comprobar que mis padres no estaban en casa tal como predijo mi abuela. Algo no me olía bien en todo esto, así que subí al desván para abrir el Baúl Misterioso y tomar el mapa que me conduciría a mi destino, además coger la Espada Samurai y así emprender mi marcha.
Algo me decía que la desaparición de mis padres tenía algo que ver con todo esto de salvar al mundo. Además esta situación me confirmaba que se encontraba íntimamente ligada a que yo realmente fuera realmente "el elegido". En verdad, últimamente no me equivoco mucho en mis premoniciones.
Una vez que ya tenía en mi poder el mapa, el cual no fue nada fácil de encontrar ya que estaba bien oculto en un falso fondo en el interior del viejo baúl, la espada y el libro, no dudé en salir corriendo de casa en busca de la Cueva Sagrada de Nazcar.
Montándome de nuevo en mi moto, buscando respuestas, conduje hasta las cercanías de la misma. Aparqué en una zona segura, y me aseguré de ocultarla entre hojas para que nadie pudiera dar con ella. Tomé entre mis manos el mapa, me colgué en mi espalda la Espada Samurai, e introduje el Libro Mágico en mi mochila para así poder adentrarme en la misteriosa cueva.
- ¿Qué habrá allí? - me preguntaba una y otra vez.
Libro Mágico |
MIS ABUELOS VUELVEN DE NUEVO A MI VIDA
- ¡Abuelos! - vociferé alegremente al verlos de nuevo después de tantos años.
Mi abuela me miró con dulzura y me dijo algo nerviosa:
- John no hay tiempo que perder, tus padres han sido secuestrados por seres malvados que intentan parar tus pasos, así que debes emprender un viaje repleto de peligros de forma inmediata, para así poder conseguir que todos volvamos de nuevo a estar juntos.
Recuerda, que en esta aventura deberás encontrar la vasija mágica que se encuentra en un tenebroso castillo existente en el interior de la Cueva Sagrada de Nazcar. ¡Búscala! - yo asentí con la cabeza dando las gracias a mi abuela.
Mi abuelo mientras, con una sonrisa en los labios, me guiñó un ojo, animándome a comenzar esta aventura que se abría paso en mi vida de manera tan imprevista como fugaz. Con suavidad, y sin parar de mirarlos repleto de amor hacia ellos, cerré el libro de nuevo. En ese mismo momento me encontraba totalmente decidido a salvar el mundo, y de paso conseguir traer de vuelta a mi familia.
MI CASA HABÍA SIDO SAQUEADA
Guardé bien el libro de nuevo en la maleta de mi moto, y me puse en camino hasta llegar a casa. Al entrar, encontré que todo estaba revuelto, como si alguien hubiera entrado a saquear las pertenencias de mi familia.
- Pero ¿qué había pasado? - me pregunté a mi mismo.
Muy preocupado visité cada habitación de la planta baja para ver si mis padres estaban allí, pero no los encontré, así que decidí subir a la planta de arriba. Una vez en la planta superior, pude comprobar que mis padres no estaban en casa tal como predijo mi abuela. Algo no me olía bien en todo esto, así que subí al desván para abrir el Baúl Misterioso y tomar el mapa que me conduciría a mi destino, además coger la Espada Samurai y así emprender mi marcha.
Algo me decía que la desaparición de mis padres tenía algo que ver con todo esto de salvar al mundo. Además esta situación me confirmaba que se encontraba íntimamente ligada a que yo realmente fuera realmente "el elegido". En verdad, últimamente no me equivoco mucho en mis premoniciones.
Una vez que ya tenía en mi poder el mapa, el cual no fue nada fácil de encontrar ya que estaba bien oculto en un falso fondo en el interior del viejo baúl, la espada y el libro, no dudé en salir corriendo de casa en busca de la Cueva Sagrada de Nazcar.
Montándome de nuevo en mi moto, buscando respuestas, conduje hasta las cercanías de la misma. Aparqué en una zona segura, y me aseguré de ocultarla entre hojas para que nadie pudiera dar con ella. Tomé entre mis manos el mapa, me colgué en mi espalda la Espada Samurai, e introduje el Libro Mágico en mi mochila para así poder adentrarme en la misteriosa cueva.
- ¿Qué habrá allí? - me preguntaba una y otra vez.
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