No sé donde me encontraba en ese momento, lo único que sabía que estaba tirado en medio de un bosque con aquel abominable Samurái mirándome a los ojos fijamente, aterrándome por momentos.
Guerrero Samurái |
LA AMENAZA DEL GUERRERO SAMURÁI
El terrible guerrero levantó su espada con intención de dañarme cuando de repente mi espada samurái lo atravesó por la mitad. De repente una nube de polvo se llevó a este espectro. Ni tan siquiera era humano, era un ser verdaderamente extraño.
Al esfumarse toda aquella niebla que había dejado el Samurái tras su muerte, pude ver otra figura, pero aquella más humana ¡era mi abuelo! Me abracé a él llorando sin parar y pidiendo disculpas una y otra vez.
- Abuelo perdóname, en serio. No lo haré más. Yo pensaba que todo era una historia inventada por ti para que yo no me acercara a la vieja espada samurái - le dije entre sollozos.
- John yo nunca te mentiría ¿comprendes? Ahora levanta que tenemos que irnos antes de ser descubiertos de nuevo - dijo el abuelo muy asustado.
Mi abuelo abrió por arte de magia un portal en una roca por donde yo pude entrar sin problemas, mi abuelo soltó un momento mi mano.
- ¡Ay, que alegría! ya he vuelto a casa - me dije con alivio esperando que el abuelo llegara de vuelta a casa.
Tomé mi osito de peluche, que antes había dejado abandonado en el suelo, y ahora se encontraba encima de una mesita en el desván. Miré el portal que estaba abierto esperando con ansia al abuelo, pero la verdad que tardaba demasiado. Una sombra parecía acercarse, así que supuse que sería mi querido abuelo.
De repente, algo salió disparado de allí con dirección a la pared. Un ruido ensordecedor se escuchó, y tras de sí el portal se cerró bruscamente. Pero... ¿y el abuelo? ¿No ha salido aún?
- No te cierres portal ¡mi abuelo está dentro! - grité angustiado.
Al girarme hacia el objeto que había chocado contra la pared, para ver de qué se trataba, pude ver que el mismo se encontraba incrustado totalmente contra un tabique. ¡No me podía creer lo que veían mis ojos! Era mi espada samurái, la misma con la que el abuelo había eliminado a aquel guerrero monstruoso.
Al acercarme para cogerla con mis manos pude ver que tenía unos restos de sangre en su punta, pero ¡el guerrero no era humano y no tenía sangre! ¿a quién pertenecía la misma?
¡Abueloooooo!
Libro Aventuras |
Foto Por Cortesía: wallisty.com
Te invitamos a visitar:
0 comentarios:
Publicar un comentario