Bueno, la verdad que no hay que darle más importancia de la que tiene. Un sueño extraño en color azul, sin más. Eso ha tenido que ser por el programa de televisión que vi anoche sobre el poder de los colores y tal vez el color azul me hizo sentir bien. Pues, nada, a jugar un rato más y me olvido del tema.
Sí, a estas cosas no hay que darles la atención que no merece, porque al fin y al cabo me gusta la aventura, pero hasta cierto punto. Y si se tratan de temas enigmáticos o paranormal, me resultan un verdadero rollo.
Baúl Desván |
Yo lo que quiero saber es lo que hay en ese viejo baúl, porque me da a mi que mi abuelo esconde un regalo para mi y no me lo quiere decir. Tal vez una videoconsola nueva, o un teledirigido, e incluso un juguetes de esos chulos que molan tanto.
Así que salí de mi cabaña del árbol y le insistí de nuevo a mi abuelo.
- ¡Abuelo, abuelo!- vociferé yo
- Dime John - dijo mi abuelo dejando la brocha en el suelo.
- Vamos a abrir el baúl viejo, por favor. Anda, por fi... que yo quiero verlo.
- Pero John, sabes que no podemos abrirlo, además a la única hora que podría hacerse sería a las 12 de la noche.
- Qué no, abuelo. Te equivocas. Vamos ahora, venga vamos.
El abuelo se comenzó a tocar la barbilla mientras pensaba en lo que tendría que hacer.
- Vale John, vamos a hacer una cosa, buscamos a la abuela y le preguntamos a ella a ver que le parece.
- Sí abuelo, está bien pensando - dije yo saltando de alegría.
Mi abuelo me tomó de la mano y juntos fuimos a buscar a mi abuela que se encontraba en la cocina realizando un delicioso pastel de chocolate.
- ¡Abuela! ¡Abuela! el abuelo dice que si podemos abrir ahora el viejo baúl del desván ¿nos dejas, por fi?
La abuela miró al abuelo con una cara rara, como si la idea no le hubiera gustado nada de nada. El abuelo se acercó a ella y cogiéndola suavemente del brazo la desplazó a un lado de la cocina, sin que yo pudiera enterarme con claridad de los que estaban hablando.
- ¡Vaya rollo, tanto secretito entre ellos! - pensé.
De pronto, mi abuelo se acercó y me dijo.
- De acuerdo, John, después de tantos años conservándolo sin abrirlo, tu abuela y yo hemos pensado que ahora ha llegado el momento, pero no sé que es lo que nos vamos a encontrar en él, por eso te aconsejo que tu abuela y yo seamos los primeros en mirar ¿vale? Tú deberás cerrar los ojos y cuando te digamos los abrirás.
Yo asentí con la cabeza. Así que volví a tomar la mano de mi abuelo, además también de mi abuela. Juntos subimos las escaleras hasta llegar a la planta del desván. Allí estaba todo casi a oscuras porque las persianas de las ventanas hacia años que se estropearon, así que aquello era aún más interesante.
El abuelo tomó unos alicates y se dispuso a abrir el baúl misterioso. Yo contenía la respiración mientras mi abuelo golpeaba el candado. Mi abuela tenía los ojos bien abiertos, y sus manos casi cruzadas se encontraban cerca de la boca como si estuviera rezando. Por fin, el abuelo pudo romper el candado.
- ¡Ufff, que alivio ¡voy a ver que hay en aquel baúl!
El abuelo me miró y me dijo John - recuerda tu promesa cierra los ojos y no mires hasta que yo y la abuela te lo digamos.
Yo hecho todo un valiente caballero tapé mis ojos de mentiriquilla porque por los huecos de mis dedos podía ver a la perfección. Mi abuelo miró a mi abuela con signos de tener mucho miedo.
- ¿Qué habría allí dentro? ¿Qué emoción?
COPYRIGHT © LIDIA M.Y./ Foto Por Cortesía: Clipart
RED DE BLOGS "GRUPO LM"
Te invitamos a visitar:
0 comentarios:
Publicar un comentario