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| Niña de la Cueva de la Serpiente |
Después de mucho intentos, conseguimos acceder a ella. Era horripilante estar allí, hasta los pelos se nos ponían como escapia del pánico que teníamos estar allí dentro. Finalmente, accedimos a una gran sala interna donde se escuchaba el ruido de las filtraciones de agua.
EL MONSTRUO DE LA CUEVA
Aunque algo se escuchaba a lo lejos y se aproximaba con bastante prisa. Era un ruido de arrastre de algún animal o monstruo de las profundidades. Por el sonido podíamos intuir que era algo demasiado grande y que habría sin duda alguna una gran batalla por luchar.
Todos nos dispusimos en círculo en postura de combate esperando que el semejante animal hiciera acto de presencia para contratacarlo. El ruido y los movimientos más cercanos causaban pequeños derrumbes en la cueva. Estábamos simplemente aterrados.
Por fín pudimos ver aquel descomunal reptil serpiente. Aquello era tan grande que sería imposible vencerlo por treinta hombres. Tragué saliva y me dispuso a observar sus movimientos. Acompañando a semejante bicho venía la niña con ojos de intenso color amarillo. Provocaba mucho terror aquella situación.
Ahora comprendí que todo había sido una farsa de la malvada bruja oscura, sedienta de ambición y poder. No sé como había logrado entrar en mi mente, y menos aún en mis sueños. Por lo visto era capaz de controlarnos a nivel mental.
La gran serpiente se acercó y con su cabeza nos golpeó acabando con la vida de trece de mis guerreros. El resto estábamos heridos, aunque aquello no nos frenó ante la lucha que se nos avecinaba. Entre todos no dispusimos a saltar sobre ella clavando nuestras espadas en su cuerpo.
Sin conseguir acabar con ella, no nos quedaba otra que abandonar la cueva para morir en el bosque oscuro del laberinto. Tan sólo quedábamos cinco personas. Entre ellos el vidente. Así que yo no podríamos conseguir acabar con él.
Luchamos y luchamos sin suerte. Aunque, ahora que me percataba ¿dónde estaba el vidente? Hice una seña a mis cuatro hombres, comunicándoles que nos marchábamos a buscar al quinto acompañante.
EN BUSCA DEL HECHICERO
Cruzamos uno de los senderos de la cueva, con suerte de encontrarnos con un espectáculo asombroso. La niña tenía suspendido en el aire a nuestro hechicero, intentado ahogarlo con un rayo de luz amarillo cegador.
Ella volvió la mirada dejando caer al anciano haciendo que el rayo se desplazase dirección hacia nosotros.
- John di estas palabras conmigo - gritó con desesperación.
Tenebris lux efficiuntur
Yo accedí a pesar que ya el rayo de luz me tenía el cuerpo inmobilizado, aunque la voz todavía la tenía activa, gracias a que mi rostro aún no estaba congelado.
Algo grande tuvo que pasar porque salieron chispas por todos lados, y la niña de ojos penetrantes amarillos desapareció por completo. En la sala contigua se escuchó un ruido estruendoso que provocó un desprendimiento masivo en la cueva.
Corrimos pasando de nuevo por la sala de la serpiente viendo que ésta había fallecido del impacto de una gran roca. De repente, una salida podía verse al final de túnel, corrimos y corrimos con toda nuestra desesperación, hasta que finalmente llegamos a un hermoso valle.
La cueva se hundió en las entrañas de la tierra y la hierba mágicamente creció de nuevo en tan sólo unos instantes, ya no quedaba ni un sólo resto de su existencia. ¡Qué alegría me dio saber que los cinco estábamos bien, y que podíamos emprender la búsqueda de nuevo!
Me tranquilizaba la idea de contar con el hechicero, así que no dudé en darme la vuelta para darle las gracias, ya que nos había salvado la vida por completo. Al girarme me percaté que estaba totalmente solo, que yo solamente había sobrevivido. La tristeza volvió a inundar mi corazón.
- ¡Sally! - vociferé.
Eso es, tenía que luchar por Sally. Ella me daría la fuerza que necesito desde la distancia. Nuestro amor nos salvaría de la bruja oscura malvada, y volvería de nuevo junto al dulce amor de mi vida.
COPYRIGHT © LIDIA M.Y.
Foto Por Cortesía: es.forwallpaper.com
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