Hoy es una extraña y fría mañana en la que me encuentro sin ganas de hacer muchas cosas. En verdad es que por más que pienso, no tengo muchas cosas interesantes por hacer, así que prefiero ir y buscar aventuras. Salí de casa y me dirigí hasta el centro del pueblo, más concretamente hasta la librería más cercana, con intención de comprar un tebeo o algo similar, pero algo llamó mi atención en un periódico de esa misma mañana. Un enorme titular que ponía "Eres el Elegido".
UN MENSAJE SIN MENSAJE
Tal vez una persona normal no se hubiera percatado del mensaje, pero yo precisamente sí, porque esa misma noche había tenido un sueño extraño en dónde yo me veía de pie tomando un periódico en mis manos y leía justamente ésto que estaba leyendo ahora mismo. Pero ¿qué quería decir semejante y rara coincidencia?
Yo desde luego no le iba a dar más importancia de la que tenía, así que decidí andar un poco más por la zona, y de camino comprar un paquete de pipas y así matar un poco el gusanillo del hambre. Al llegar al kiosko tuve que ponerme en fila, ya que parece ser que todo el mundo de había puesto de acuerdo en comprar a la misma hora que yo. ¡Bueno si no queda otra... a esperar! - pensé vacilante.
De repente, alguien tocó mi espalda, y yo me volví enseguida para averiguar de quién se trataba. Aunque sinceramente me quedé algo sorprendido al comprobar que se trataba de una señora algo mayor vestida con ropajes gitanos. Sin embargo, ella con los ojos muy abiertos y haciendo movimientos bruscos con las manos me habló cómo avisándome de algo:
- Niño, ten cuidado porque un mal te acecha. Algo te llama y sientes que debes ir, pero no lo hagas... o lo lamentarás. - me dijo la extraña señora.
Yo sin hacer ni caso le di las gracias y ella aprovechando la circunstancia me pidió la voluntad económica, extendiendo la mano hacia mí. Yo la miré mientras a la vez también contaba los céntimos que tenía en mi mano, siendo lo justo para mi rico y delicioso paquete de super pipas.
Así que de mí depende de si le doy algo de dinero o no. ¿Qué hacemos? ¿Le doy o no le doy, ahí reside la gran cuestión? Tal vez si le doy algo de calderilla me cuente más cosas misteriosas de mi vida? Aunque puede que me quede sin mi paquete de pipas. ¡Tú decides!
COPYRIGHT © LIDIA M.Y.
Foto Por Cortesía: buscoimagenes.com
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