EL ATAQUE SAMURÁI Y LA ENTRADA AL CASTILLO

Algo en su mirada me hacía estar tranquilo, así que opté por acompañarla. Durante el camino ella iba silenciosa. Yo no tenía ninguna intención de molestarla pero quería conocerla y saber algo más de ella, así que no dudé en entablar una conversación. 

Samuráis Oscuros

EL ATAQUE DE LOS SUMARÁIS OSCUROS

- Discúlpeme, pero me gustaría saber dónde vamos, si no es mucha molestia. - Le dije.
- John tal como te comenté hace un momento nos dirigimos a un lugar seguro para hablar, así que si no te importa, mejor sigamos andando hasta llegar a nuestro destino. - Replicó ella.
Ella aligeró el paso mientras miraba compulsivamente a nuestras espaldas. No sé por qué tanto misterio, pero es a veces a las mujeres no hay quién las entienda. Yo, bien calladito la acompañé hasta un extraño callejón.
Una vez dentro, ella dijo una especie de conjuro haciendo que un portal se abriera en la pared. Me cogió del brazo y de un tirón me introduje en él, mientras yo podía ver a dos hombres a nuestras espaldas vestidos con ropa samurái y espadas que intentaban atacarnos.
Al salir del portal, lo primero que hice fue sentarme en el suelo para poder respirar profundamente por el gran susto que me había llevado. ¡Qué poco nos han faltado para que nos ataquen esos desconocidos con cara de pocos amigos!
Ella se arrodilló hacía mí, y mirándome fijamente me habló:
- ¿Estás bien John? - preguntó muy preocupada.
- Sí, creo que sí - contesté, aún con susto en el cuerpo.
Ella me abrazó fuertemente como si me conociera de toda la vida. A lo que yo me quedé muy quieto para sentir su calor corporal porque estaba totalmente helado del susto. Finalmente, se puso de nuevo en pie y me extendió su mano para que yo me levantara también. Un bonito gesto entre amigos. 

Castillo

EL CASTILLO DEL REY Y LA REINA

- John estamos en el castillo de mi padre, y aquí podremos enseñarte a manejar la espada samurái, aprenderá el poder de los hechizos que existen en el libro de los extraños símbolos y por supuesto te ayudaremos a encontrar la ruta correcta que debes tomar en el mapa para encontrar la vasija mágica. - Exclamó ella.
- Muchas gracias. Pero tengo unas preguntas que me gustaría hacerte ¿qué contiene esta vasija? ¿por qué eran tan importantes para mis abuelos? Aunque supongo que tú no conocerás a mis abuelos ¿verdad? - Pregunté con mucho interés.
- John ciertamente conocemos a tus abuelos, pero no puedo hablar de ello aún. Confía en mí. 
Yo asentí con la cabeza confiando plenamente en ella. Algo me decía que sí podía confiar, así que me dispuse a seguir caminando con ella por ese misterioso castillo. Pasamos por varios pasillos con poca luz, que se encontraban iluminados tan sólo con candelabros y velas que colgaban de la pared. 
Las puertas eran enormes de madera maciza con labrados y tiradores de hierro al más estilo medieval. Finalmente, llegamos a una impresionante puerta de grandes dimensiones en color oro cerrada pero tal como notaron nuestra presencia se abrió para entrar en la gran sala.
Aquello era majestuosamente grande, además muy lujosamente decorada. Una alfombra dorada se extendía entre nuestros pies y llegaba hasta un trono donde se encontraban dos personas sentadas. El señor era anciano con largas barbas blancas y sus ropajes era muy suntuoso. La señora también mayor pero igualmente vestida, al más estilo "reina de un gran castillo".
Avanzamos por la alfombra hasta llegar a la zona del trono real, y allí realizamos la reverencia oportuna. Yo silencioso observaba todo lo que acontecía a mi alrededor, no quería arriesgarme a faltar al respeto. Finalmente, después de un breve espacio de tiempo la chica habló. 
- Buen padre, aquí está John Locke tal como usted ordenó. Dos guerreros samuráis oscuros intentaron atacarnos pero pudimos tomar un portal a tiempo - profirió ella a su padre. 
- Hija me alegra que estés bien, al igual que John. Seas bienvenido.
Yo asentí de nuevo con la cabeza dando gesto de gratitud. 
- Padre, dime que hacemos ahora, ya no nos queda mucho tiempo - dijo ella algo nerviosa.
- Sally ve con él y enseñándole todo lo referente a las artes mágicas y guerreras. - Comentó el rey en forma imperativa.
- ¿Yo? Imposible buen padre - negándose rotúndamente.
- ¿Cómo? no vuelvas a llevarle la contraria Sally - gritó el rey enfurecido.
Ella me miró y haciéndome un gesto con la mano, señalando la salida, me invitó con desagrado a acompañarla. Yo me reverencié nuevamente con el rey y la reina y tal como la chica me había señalado me dispuse a seguir el camino de vuelta. 
En verdad, no entendía nada de lo que estaba pasando pero no me quedaba otra que callar y obedecer ordenes. Al salir de la gran sala la gran y majestuosa puerta de oro se cerró a nuestras espaldas. Ella me miró muy desafiante y comenzó a caminar de manera rápida por otro nuevo pasillo. Finalmente, llegamos a dos puertas distintas, una era la sala de la Magia y Hechizos, y otra sobre el Arte Samurái. 
Sally me miró y luego giró la cabeza para que decidiera qué deseaba aprender en primer lugar ¿Cuál abriré primero? 

             Sala de la Magia y Hechizos             Arte Samurái     
COPYRIGHT © LIDIA M.Y.  
Foto Por Cortesía: es.forwallpaper.com

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